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Arte al servicio de todas
las personas

Teatro para una sociedad empoderada

Desde Bajando al Sur abordamos la participación mediante un método teatral llamado Teatro del Oprimido  y de las Oprimidas (TO). Se trata de un conjunto de técnicas de teatro puestas al servicio de las personas que permite desarrollar y poner en práctica estrategias de cambio ante situaciones de injusticia. Las personas que participen en los talleres de TOMA Teatro «tendrán la oportunidad de crear piezas de teatro basadas en sus propias experiencias y el público de las obras podrá convertirse en actriz o actor para probar estrategias de cambio a los conflictos que se planteen en escena».

Es una rama del Teatro Social que nace en los años 60 y 70 en Brasil gracias al inspirador trabajo de Paulo Freire y Augusto Boal, quienes mostraron que la educación y el teatro son medios muy potentes para cambiar y mejorar las condiciones de vida de las personas. Augusto Boal, su creador y teórico fundamental, defendió la función pedagógica del teatro y definió el TO como una herramienta para la transformación social. Desde que Boal inició sus primeras experiencias de Teatro del Oprimido en América han transcurrido casi 50 años y este tiempo ha servido para que se difunda la herramienta por todo el mundo.

Técnicas diversas

Sin duda la técnica más conocida del TO es el Teatro Foro, en el que las representaciones de teatro requieren de la participación del público en escena así como en la creación de la misma.

Pero antes de llegar al Teatro Foro, el teatro del oprimido apareció bajo la forma de Teatro Periódico, en el que se teatralizaban noticias analizando el verdadero contenido de la palabra escrita con el objetivo específico de tratar problemas locales. De ahí se ramificó en distintas experiencias, mostrándose, por ejemplo, como Teatro Invisible en Argentina, donde el espectador se vuelve protagonista de la acción sin asumir conscientemente este hecho. En paralelo surgieron técnicas y métodos de investigación teatral como el Teatro Imagen, que no hace uso de la palabra sino sólo del lenguaje corporal, utilizando el cuerpo para crear esculturas que transmitan opiniones y sensaciones.

Más adelante, ya en Europa, el Teatro del Oprimido se expandió y apareció el Arco Iris del Deseo, con el objeto de abordar cuestiones de orden psicológico, y construir la verdad de estos personajes y sus opresiones internas. Por último, ya de vuelta en Brasil, el Teatro Legislativo nació para ayudar a que el deseo de la población analizado y sistematizado tras una experiencia teatral interactiva, se pudiera transformar en Ley.


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