“En el conflicto entre el poderoso y el oprimido el no intervenir no significa ser neutral, sino ponerse del lado del poderoso”
(Paulo Freire)
El año 2011 ha estado marcado por un contexto de crisis que ha afectado considerablemente a gran parte de la sociedad española. Hablamos de crisis económica pero también moral. No se trata tan solo de preguntarnos por la capacidad adquisitiva para poder alcanzar metas o cubrir necesidades, sino de hasta qué punto gran parte de la sociedad española ha asimilado el rol de individuos consumidores. Merece la pena preguntarnos hasta qué punto hemos aceptado ser meros espectadores, seres pasivos que, ante una realidad que nos viene dada, pensamos que no podemos hacer nada para cambiarla.
Si bien ante el pesimismo aparece la esperanza. Este año 2011 también ha estado marcado por el despertar de muchos miles de personas que se han rebelado activamente contra el miedo y el derrotismo colectivo. Nos hemos dado cuenta que de nuestros actos también depende la existencia de vulneraciones de derechos humanos en el Estado Español, y que crisis significa peligro pero también oportunidad. Oportunidad de erradicar la avaricia, la soberbia y la intolerancia. Nos hemos dado cuenta que detrás del miedo está la libertad, y que para lograr superarlo hemos de estar unidos y unidas.
Bajando al Sur, empleando el teatro como herramienta de transformación social, ha contribuido este año a visualizar y denunciar la existencia de los Centros de Internamiento para Extranjeros (CIEs), en los que se priva del derecho fundamental a la libertad de movimiento a miles de personas por no cumplir el trámite administrativo de “llevar papeles”. Hemos denunciado asimismo las continuas redadas policiales en las que se pide la documentación en función del color de la piel vulnerando el derecho fundamental a la igualdad. Hemos analizado colectivamente cómo la salud y el acceso al agua son derechos que se niegan sistemáticamente a gran parte de la población mundial. También hemos profundizado en las raíces de una sociedad española en la que hay mucho machismo y mucha violencia sobre la mujer. Lo hemos hecho mediante talleres de teatro del oprimido y haciendo representaciones por calles, plazas, centros culturales y teatros, analizando realidades y buscando soluciones, denunciado violaciones de derechos y participando en iniciativas de otras organizaciones como Sos Racismo y Cruz Roja Española. Creemos que un mundo justo sí es posible, y que de nuestros actos depende lograrlo.
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