Bajando al Sur nació marcado por las consecuencias de la crisis económica de 2008, pero esperanzado y concienciado con la movilización social que caracterizó aquellos años. Allá por 2011, impulsados por el 15M, creímos necesario defender, difundir y reclamar Derechos para tod@s. Al poco de comenzar, hace ya 8 años, en 2015, entraron en vigor las reformas del Código Penal y de la Ley de Seguridad Ciudadana. Dichas normas, conocidas como Leyes Mordaza, cambiaron por completo el panorama en cuanto a la libertad de expresión y protesta. Hoy vemos que la movilización social es imprescindible ante el avance de la extrema derecha en muchos gobiernos municipales y autonómicos.
Leyes Mordaza: la distopía hecha realidad
Estas leyes contra las que tanto hemos luchado en Bajando al Sur junto a la Plataforma No Somos Delito y otras muchas entidades y organizaciones; estas leyes que The New York Times consideró propias de tiempos del franquismo; estas leyes, que la propia ONU adelantó que implicarían un gran retroceso en la libertad de expresión y en el derecho a la protesta; estas leyes Mordaza siguen en vigor actualmente.
En los últimos 8 años, su aplicación ha generado un enorme impacto en nuestros derechos y libertades, con cientos de miles de sanciones impuestas. Por si fuera poco, la impunidad y arbitrariedad en las actuaciones policiales ha tenido un efecto inmediato y terrible: la desmovilización de quienes dedicamos (o dedicaban) parte de su tiempo a impulsar acciones colectivas para la defensa de los derechos de todas las personas.
Ese desaliento no nos nubla la visión. Sabemos, porque la historia así lo demuestra, que los avances en derechos se logran con el impulso de movilización social. Del mismo modo, somos conscientes de la enorme resistencia al cambio que ofrecen las estructuras de poder, generando incluso narrativas que criminalizan la protesta. Los movimientos sociales, de los que hemos formado parte, también somos fundamentales a la hora de contrarrestar esos discursos de odio. Aunque las leyes nos lo pongan difícil no vamos a regalar el país a quienes presumen de eliminar derechos.
Por ello, en la situación actual, con los movimientos sociales debilitados y los compromisos del gobierno incumplidos en lo relativo a las leyes mordaza, asoma la sombra de la toalla a punto de caer. Quienes se presentan con este discurso anti-derechos se frotan las manos ante la oportunidad de alcanzar el poder a nivel estatal. De hecho, el autonómico lo han obtenido en numerosos territorios, aplicando desde el primer minuto políticas restrictivas y represivas.
Frente a sus órdenes, nuestros deseos
Este verano podemos lamentarnos: que si la ocasión perdida, que si la que se viene encima, que si esto es lo que nos merecemos… O podemos levantar la voz, compartir en nuestros entornos la idea de país que soñamos, diseñar el lugar en que queremos vivir. Hablar claro de aquello que nos importa y nos afecta; el respeto a la diversidad, los derechos de las personas, la libertad de expresión.
En Bajando al Sur lo tenemos claro. Llevamos defendiéndolo 12 años:
- Queremos un país que apueste por la sanidad pública y se enfrente a la privatización de nuestra salud
- También una educación igualmente pública y de calidad en un estado aconfesional
- Queremos que se impulse de verdad el derecho a la vivienda, que hay una ILP maravillosa para hacerlo
- Por supuesto, que siga el trabajo firme en políticas de igualdad, porque aún queda mucho camino
- Queremos que se impulsen con mucha más fuerza y determinación las políticas ecosociales que afronten el cambio climático
- Y exigimos que se ponga coto a la creciente y aberrante desigualdad económica,
- Queremos que se deje de atentar contra los derechos de quienes migran y que haya justicia para las víctimas de hoy en las fronteras,
- Que se abandone el negocio de la guerra y la necropolítica que provoca millones de personas desplazadas a la fuerza,
- Queremos, en fin, que se apueste por la memoria democrática. Porque es un valor básico e imprescindible para una sociedad que protege los derechos humanos y la democracia.
Esta es nuestra visión y nos gustaría conocer las vuestras ¿En qué país quieres vivir? ¿Qué podemos hacer para evitar perder aquello que valoramos e incluso avanzar hacia nuestros deseos?
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